Diario de la Guerra del Cerdo

Terminé de leer el "Diario de la Guerra del Cerdo", libro de Adolfo Bioy Caseres del año 1969. No una obra maestra, y creo que por esto mismo, un gran libro. Lo encaré sin expectativas ni referencia alguna, comprado en buena hora y al azar en la librería El Inmortal (librería buena onda, por cierto). Cualquier adelanto ensuciaría una futura lectura ajena, así que me limito a decir que me encantó. Esa forma de escribir que me cae tan bien, que me hace acordar a cómo escribía Borges, pero que sin duda era patrimonio de ambos, por lo menos. Una historia relevante sin ser épica, personajes queribles sin ser héroes. Un Buenos Aires exquisitamente retratado, mezquino, oscuro y burlón.

Es claro que frecuentemente renuncia uno a lo que desea y se aviene a lo que puede. Lo que él no podía, se explicó a sí mismo, era seguir ahí, sin hacer nada, cavilando. Echó el poncho sobre los hombros, apagó la luz, a tientas empuñó el picaporte, pasó al vestíbulo y cerró con lalve la puerta. Sin prisa bajó la escalera de hierro. Se dijo: "Llegó el momento. Me voy".

Diario de la Guerra del Cerdo, pág. 172. Editorial: Altaya, año 1999.